Se utiliza como puente de adherencia para morteros hechos en obra, secos o predosificados, así como para yesos y escayolas, siendo apto para soportes como hormigón, morteros normales o impermeables, ladrillo, piedra natural o artificial, fibrocemento y en general materiales que no tengan porosidad nula; se aplica en situaciones como capas de adherencia para enfoscados y enlucidos o en uniones de tabiques con pilares; entre sus ventajas destacan que proporciona una superficie con buena adherencia incluso en soportes sometidos a variaciones térmicas gracias a su flexibilidad, es no inflamable, listo para usar y fácil de aplicar incluso por proyección, ofrece un largo tiempo abierto aún a altas temperaturas, mantiene la cohesión en superficies horizontales evitando disgregación y arrastre del árido, puede aplicarse sobre superficies con cierta humedad no saturada, conserva la pegajosidad el tiempo suficiente para no exigir la aplicación inmediata del mortero o yeso, aunque no es adecuado para soleras destinadas a recrecidos con morteros.